NUESTRAS HIJAS DE REGRESO A CASA: La imploración en el eco de los siglos




Escapad gente tierna,
que esta tierra está enferma,
y no esperes mañana
lo que no te dio ayer,
que no hay nada que hacer.

Pueblo Blanco, J.M. Serrat.



Por Consuelo Sáenz

Ciudad Juàrez, ciudad fronteriza de culturas híbridas con fuertes contrastes de miseria y buen vivir que alienta la ilusión del Sueño Americano. Es el lugar de paso que enseña a abrirse camino a empujones, jugàndose la dignidad y lo que queda de valor. Su estigma no es la muerte sino la indiferencia; la indignación de que no todos le declararan la guerra a los estereotipos, como debieron hacerlo, por consiguiente, se sigue viendo con orgullo a esta triste ciudad deshecha, gris y monstruosa -para beneplácito de sus malos gobernantes. El que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame- . Rindiendo culto al recuerdo, a los atardeceres en el desierto, los conciertos en la X, a Juan Gabriel y al Tin Tan. Como si el mero entretenimiento fuera suficiente.          

          Nadie me dijo que Juaritos se convertiría en un despojo, en un lugar triste y desalmado para vivir. Cual pintarrajeada piruja que al intruso imbuye como exotican curious, mientras éste, lucra del exuberante espectáculo de escenas insólitas. Donde la calidad de vida es casi inexistente, donde el día a día es una odisea para quienes no tienen un automóvil y no les queda de otra que abordar el denigrante transporte urbano que soportamos. Transitar día a día sus calles deterioradas, ruinosas, sin el verde vida: sòlo hormigón y baches. La angustia del futuro, y del presente, si no se cuenta con un empleo y la seguridad de jubilarse con "algo". Una ciudad en la que lo único que es sinónimo de progreso es cruzar al otro lado, hacer todo en el otro lado. "¿Qué es lo mejor de Juàrez?: El Paso"... Y ahí vamos, de pechito y empinados. ¿A quién le dan pan que llore?



Hartos de la injusticia galopante, la cínica burla y retórica de sus gobernantes

El pasado mes de febrero se cumplieron dieciséis años de la ONG Nuestras Hijas de Regreso a Casa. Sin bombos ni platillos, nulos avances en las investigaciones de los asesinatos y desapariciones. Nada qué festejar. Las viejas peticiones y nuevas denuncias se escuchan a gritos. Los nombres, rostros y la condena a los culpables siguen sin salir a la luz pública (visiblemente algo lo impide)… el que tenga oídos que escuche. Desde la fatídica fecha de 1993 cuando comienza la pesadilla y la leyenda negra de Ciudad Juàrez (sin comillas por favor), el mundo entero especula. Cada cambio de presidente de la república, desde Carlos Salinas de Gortari a Enrique Peña Nieto, hasta los alcaldes Francisco Villarreal (1930-1996) a Hèctor Armando Cabada Alvìdrez conoce y conocieron a pie juntillas. El nombre de las mujeres victimadas y desaparecidas, la peregrinación de sus familias, las incesantes e increíbles deficiencias en las investigaciones. Los detenidos, que a las claras resultan chivos expiatorios y no terminan por satisfacer las dudas y móviles de los asesinatos. El sin fin de visitantes e investigadores -algunos oportunistas que buscan figurar entre los simpatizantes de la causa- que destacan las características físicas, formas de tortura y muerte que indudablemente están relacionadas con un modus operandi predeterminado.

Las cifras exactas por las autoridades correspondientes no coinciden con las aportadas por las asociaciones civiles. Algunos informes refieren 1060 casos en 15 años (reporte realizado en 2013), si bien los datos varían según las fuentes, pese a todo, estarían por encima del índice de criminalidad de una ciudad de características comparables. En el último censo del año 2000, Ciudad Juárez tenía aproximadamente 1,3 millones de habitantes. En 2016 se registra una cifra de 1.403.373 habitantes, y la cifra más reciente, segùn de La Red Mesa de Mujeres, fue el registro de que en Ciudad Juárez, del 2010 a julio del 2017, hubo 868 asesinatos de mujeres.



UN POCO DE HISTORIA

Norma Esther Andrade perdió a su hija de 17 años, irónicamente un 14 de febrero de 2001. Cinco días de angustia fueron suficientes para encontrarla sin vida, pruebas de tortura y violación. La pesadilla de otras madres tocó a su puerta : Lilia Alejandra Garcia Andrade dejó en orfandad dos criaturas menores de dos años al momento de su asesinato. A partir de ello, surge Nuestras Hijas de Regreso a Casa asociación no gubernamental creada por la señora Andrade y Marisela Ortiz Rivera “Aunque nuestras acciones datan desde febrero de 2001, el registro de Nuestras Hijas de Regreso a Casa como Asociación Civil consta en el acta 11375, del mes de mayo de 2003, en la notaría núm. 3, del Lic. Sergio Granados Pineda, en Chihuahua, Chih. Porque la falta de recursos y la convicción de que buscar la justicia para los asesinatos y desapariciones forzadas de nuestras hijas es un derecho legítimo y no requiere permiso. Sin embargo, quisimos dar formalidad a nuestros actos tomando la decisión de convertirnos en una asociación civil“

       Desde sus inicios Nuestras hijas de Regreso a Casa ha sido una historia de tropiezos, amenazas y persecución por parte de cofradías delictivas en contra de sus integrantes. El activismo en ciudad Juárez se parece a una bomba de tiempo; los riesgos son altos. El mensaje es evidente: hacerlos callar con balas. (Recordemos el caso de la familia Reyes Salazar. Su caso comenzó con Josefina, activista del movimiento en contra de un basurero tóxico en la frontera de Texas con México en la década de los 90. Continuó con la militarización en el estado de Chihuahua y la detención arbitraria de personas por militares sin órdenes de aprehensión. Josefina Reyes fue regidora en el municipio de Guadalupe, Chihuahua, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y formaba parte de Organizaciones de la Sociedad Civil en contra de la presencia de militares en el estado. Formó parte de un comité civil que denunciaba la desaparición de personas por parte militares en el estado Josefina es asesinada el 3 de enero de 2010). 



       Marisela Escobedo Ortiz inició su activismo tras el asesinato de su hija Rubí Marisol Frayre. Supuestamente a manos de su pareja sentimental Sergio Rafael Barraza Bocanegra quien fue absuelto de los cargos a través de juicio oral presidido por la juez Catalina Ochoa Contreras, Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez y Rafael Boudid. Después de continuas marchas y protestas para reaprender a Sergio Barraza padre de su nieta, Marisela Escobedo muere asesinada en la Ciudad de Chihuahua el 17 de diciembre de 2010. Barraza Bocanegra, es asesinado en la ciudad de Chihuahua en el 2012. 



       A esto se suma el atentado en contra de Norma Andrade en ciudad Juárez el 2 de diciembre de 2011 por un hombre armado. Ingresando al hospital con cinco disparos. En esa ocasión y esperando la ayuda del gobierno que prometió protegerla tuvo que salir del nosocomio por amenazas contra el personal, ya que si le brindaban ayuda no dudarían en matarlos. Semanas después decide radicar en la ciudad de México, sufriendo el segundo atentado el día 3 de febrero de 2012. Marisela Ortiz Rivera la segunda fundadora de la ONG sale del país en febrero del 2011 y solicita asilo político en Estados Unidos. 



       La última información advertida por la asociación en 2012, fue la denuncia de una red de trata de personas que opera u operaba en el centro de Ciudad Juárez. Se cree es la causante de la desaparición de algunas mujeres que han sido vistas en ciudades como Puebla, Tlaxcala y Tijuana. El extinto periódico local NORTE realizó una seria investigación meses después de la denuncia.  

       En de julio de 2013, el gobernador César Duarte Jáquez se reunió con representantes de los grupos Madres Unidas por Nuestras HijasMadres en Busca de Justicia, y Madres y Familiares de Mujeres Desaparecidas en Ciudad Juárez para escuchar sus peticiones y trazar un plan de acción con resultados a corto plazo. Entre los acuerdos estuvo otorgar mayores recursos a la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género, de mantener información directa entre las partes involucradas con el gobernador, a través de su representante de entonces, Carlos Bernardo Silveyra Saito. Los activistas, sin embargo,  aseguraron enterarse del proceso de investigación gracias a los diversos medios de comunicación. Fueron acuerdos en papel, letra muerta. 

       Desde 2013 hasta ahora, podemos resaltar  la remoción del cargo de Director a Ernesto Jàuregui , en mayo de 2016,  lo que representò una forma indigna de dar carpetazo al esclarecimiento de asesinatos de mujeres por parte de la Fiscalia Especializada en Delitos de Género. Una burda manera de romper con la promesa de investigar y castigar.



       Hablar de Nuestras Hijas de Regreso a Casa es hablar de las protagonistas en el activismo fronterizo en protesta por las desapariciones y asesinatos de mujeres. Ellas, demostraron la energía y las formas precisas de atraer la atención nacional e internacional para dar difusión a la causa y divulgar la problemática real: uno de sus logros más importantes fue recurrir junto con otras organizaciones civiles ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para denunciar los asesinatos de mujeres ocurridos en el Campo Algodonero, logrando que el máximo tribunal de justicia de la región condenara al Estado mexicano por no proteger la vida de la población femenina.

Hoy, ¿de qué retos podemos hablar? 


REFLEXIONES 
Dentro del activismo social han surgido nuevas asociaciones conformadas por madres de mujeres desaparecidas, hecho tal,  nos brinda el preámbulo para cuestionar aciertos y errores en materia de justicia penal y  de protección hacia las mujeres. ¿No hemos avanzado ni un poco siquiera? ¿Seguimos como desde el principio?  Algo debe estarse haciendo muy mal desde todos los niveles después del importante financiamiento y apoyo internacional al discurso en contra de la violencia de género y la violencia en contra de la mujer como para que no bajen las estadísticas.  

         Los estudiosos en el tema de la violencia han abierto un debate, y es resaltar que la violencia es transversal y no unilateral. Es decir, se deberá estudiar y analizar los motivos y/o causas de la violencia en la sociedad sin el enfoque de género y el consabido argumento de que a las mujeres las matan debido a un patrón cultural y menos por una violencia social. Tal discurso se ha reforzado al sostener que la violencia y los asesinatos se ejercen, exclusivamente,  por parte de los hombres en contra de las mujeres, lo cual no ha permitido establecer las reales causas, y por ende, realizar la búsqueda de políticas públicas efectivas para la disminución de la violencia,  con la seriedad que la problemática exige. Cada vida humana importa. Estrechar comunicación entre hombres y mujeres, trabajar juntos para crear conciencia social de participación.Por esto, es pertinente revalorar el uso del término Feminicidio respecto a su designación en todos los casos de muertes de mujeres. Se deberá precisar y reconocer el fenómeno de la violencia social màs allá de un slogan de violencia de género. 

           Romper con los estereotipos y abrir el abanico de especulaciones. Los asesinatos de mujeres en Ciudad Juàrez podrían obedecer a otras razones que  a la sola explicación de la violencia de género. Son pactos de sangre, trata de blancas, trafico de órganos y cuanta inmundicia pueda elucubrarse desde las profundidades de la oscuridad, desde la clandestinidad que se cobra con vidas inocentes.  Gente en el poder coludida ejerciendo control hacia todos los estratos sociales.   

           La actividad de la asociación Nuestras Hijas de Regreso a Casa ha sido visiblemente disminuida. La forma a la que se han sometido para preservar su integridad las ha predispuesto a retrasos, desarticulación entre sus integrantes, comunicación restringida y escasa ante los medios. Han decidido no tener oficinas fijas y trabajar cada una por separado ante la inexistente protección por parte del gobierno. Como reza un dicho pupular Santo que no es visto, no es venerado, y con ello, el avance de igualdad y justicia social para las familias de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez es tan solo una pantalla de distracción y mentiras en espiral. 

          A la pregunta de rigor ¿de qué manera la asociación Nuestras Hijas se posiciona del espacio social? De ninguna manera están presentes. No existe el activismo social que alguna vez ejercieron, los ideales y objetivos se fueron quedando en el camino. Ya sea por presiones y/o amenazas,  por falta de entendimiento y solidaridad entre sus fundadoras, quizá. Su futuro, en caso de que lo retomen, es incierto. 

         Para continuar el duro camino del activismo social es necesario no perder jamás el hilo conductor de la comunicación con la sociedad y los ciudadanos. Una asociación que se fortalece con el tiempo,  se caracteriza por aprender de sus pérdidas y poner el aprendizaje al servicio de los problemas de los otros; sin egoísmos ni retórica. Sin quedarse en el tozudo camino de los viejos reclamos. 

Lectura recomendada
Territorio, Soberanía y Crímenes de Segundo Estado: La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, de Rita Laura Segato. Tinta Limón Ediciones, 2013. 


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